Adolfo Bioy Casares: «yo necesito la tormenta» A principios de 1974, un Bioy de 59 años habla sobre el origen de sus ficciones más famosas, como La invención de Morel, a partir de la necesidad de ponerle un marco narrativo a algunas pesadillas y amenazas. Además, en aquel número 9 de la primera época de Crisis enviaba un cuento inédito y siniestro, "Un nuevo surco", situado a orillas del Río Matanza.